Tras conseguir volver al fútbol profesional, la Sociedad Deportiva Eibar planificó el objetivo de conseguir la permanencia en Segunda División con austeridad. Así el 75% de los jugadores del Eibar cobran el salario mínimo estipulado por el convenio de Segunda División.
«Preferimos que cobren todos más o menos lo mismo para impulsar la idea de ser una piña. No podemos permitirnos el lujo de traer jugadores conflictivos que afecten al equilibrio, porque nos basamos en la unidad. Sin eso no somos nada», apuntaba Fran Garagarza.
Con el presupuesto más bajo de toda la categoría de plata Garagarza tiene el reto de armar un bloque competitivo en torno al entrenador por el que apostó para sacar al club de Segunda B, Gaizka Garitano. El objetivo era mantenerse «sabiendo que iba a ser muy duro, por la novedad, por el presupuesto y muchos jugadores nuevos” como José Luis Morales o Jota Peleteiro que se sumaban a otros como Yuri Berchiche y Dani García.
El Eibar no sólo se va adaptando a la categoría para huir de los puestos de descenso sino que se sitúa en la parte alta de la tabla tras un gran inicio. “No podemos relajarnos porque esto es muy largo y los rivales vienen a toda velocidad, la exigencia es altísima”.
En febrero el Eibar es primero en quizá la Segunda, sin duda, más igualada de los últimos años. Aunque en abril tiene un ligero bache el equipo destroza los pronósticos y logra el histórico ascenso a Primera de modo directo antes de finalizar el campeonato. “Jamás me podía creer que subiríamos y menos en la jornada 40. A principios de temporada no pensaba en eso, pero comencé a creer tras la victoria en Mallorca…” contaba emocionado.
Un sueño inimaginable apenas unos meses atrás. En dos campañas protagonizó un salto imposible: de Segunda B a Primera.